La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencia política, publicidad, periodismo, etc.) que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética del mismo, añadida a su finalidad comunicativa. (Wikipedia)
Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover (RAE)
La retórica ha sido un punto de estudio desde casi el principio de los tiempos. Empezando por los filósofos clásicos griegos, pasando por los discursos motivadores de Hitler y terminando en los mítines políticos de nuestros días, la retórica ha sido un instrumento que se ha estudiado y utilizado siempre para el provecho propio.
Tras ver esas dos definiciones del principio, quizás más académicas, podríamos decir que la retórica es una figura, un instrumento, que se utiliza en diversos campos de acción y que consiste en el buen aprovechamiento de los recursos para una mayor persuasión del público.
Es decir la retórica se puede aplicar tanto en una película, en un documental, en un escrito o en una fotografía; es decir, no hay un marco que la limite, y eso es peligroso.
¿Estaba igual de bien aplicada la retórica en los discursos de Hitler alentando al exterminio y la guerra que en los de Gandi por la paz?
Al margen de todas estas cuestiones éticas, que aunque importantes, no son como tal objeto de estudio de esta asignatura, en la retórica tiene también una gran importancia la creatividad.
Quizás en un principio, cuando aún no se tenía un gran dominio sobre ella esto no era tan acuciante, pero actualmente, ya sea aplicada a un medio u otro, la retórica no solo adquiere un valor añadido si es aplicada con creatividad, sino que parece que se ha convertido en algo imprescindible.
Un poco haciendo alusión al artículo de la revista Icono14 sobre la retórica y la creatividad en las imágenes, qué persuadirá más a alguien ¿una imagen exclusivamente con buena retórica (tamaño, presentación, composición) o una que además sea creativa?
Cuanto menos, esta última llamará más la atención y eso ya de por sí es un buen punto de partida. Para convencer primero hay que atraer la atención de nuestro público, y más teniendo en cuenta que en la sociedad de hoy, la población está sometida a un bombardeo continuo de mensajes y que por tanto crea una cierta saturación en este sentido.
Solo conseguirá su objetivo en parte el que llame más la atención, para lo que como ya he dicho, es bastante importante el uso de la creatividad.
En torno a esto podríamos volver a plantearnos cuestiones éticas del tipo de que hasta que punto es ético (valga la redundancia) todo este tipo de “triquiñuelas” o al menos especificar en qué tipos sí y en cuales no.
Por último dejo a continuación un link al artículo antes dicho de la revista Icono14
Y un enlace a un video de el presidente de USA Kenedy en su visita a sudáfrica, que creo que recoge bien la idea de retórica
No hay comentarios:
Publicar un comentario